Está demostrado que al trabajar con pantallas en forma prolongada y habitual, algunas deficiencias oculares sin importancia se pueden convertir en lesiones más o menos graves. Por ello, se recomienda a la hora de trabajar con la PC someterse a una revisión oftalmológica.
Algunas veces se llega a la consulta del especialista con un trastorno de visión que se atribuye al uso de la PC, cuando lo que en realidad ocurre es que existía un problema de base sin tratar que se manifiesta tras muchas horas frente a la pantalla.
En cualquier caso, para evitar síntomas como escozor, parpadeo, visión borrosa, fatiga visual, etcétera, existen algunas recomendaciones:
Evitar reflejos, usando colores claros y mates.
Los caracteres tienen que estar bien definidos, con un nivel de contraste con respecto al fondo, de tamaño suficiente y con un espacio adecuado entre los renglones. Esto facilita la legibilidad.
La imagen de la pantalla ha de ser estable, sin destellos, reflejos. Un estudio de la Universidad de Santiago demuestra que el nivel de luminancia de los monitores de rayos catódicos es inestable durante los primeros 20 minutos tras el encendido. Parece aconsejable un precalentamiento de la pantalla para evitar una posible fatiga visual producida por estas variaciones.
Pantalla orientable a voluntad. Con el fin de acomodarlo a las posturas que se adopten y para optimizar los ángulos de visión, así como para evitar reflejos.
Regulable en cuanto a brillo y contraste. Para adaptarlos a las condiciones del entorno.
Consejos para usarlo:
Trabaje con monitores que lleven un tratamiento antirreflex o incorporen un filtro especial. El cristal de los monitores refleja la luz que le llega. Estos destellos son molestos para el ojo, porque reducen la legibilidad y obligan a una constante acomodación de la visión.
Si sufre algún problema en la visión, es mejor utilizar lentes destinada al uso de la PC. Consulte al oftalmólogo.
Trabaje con texto negro sobre fondo blanco. Se debe procurar no abusar de los colores.
Sitúe la pantalla a una distancia entre 40 y 60 centímetros. Nunca a menos de 40 cm.
La parte superior de la pantalla debe estar a una altura similar a la de los ojos, o ligeramente más baja. El monitor se sitúa así en la zona óptima de visión, comprendida entre los cinco y los 35 grados por debajo de la horizontal visual, y desde la cual se contempla todo sin ningún esfuerzo. De esta forma, la vista no se resiente y se evitan posturas lesivas.
También es conveniente usar un atril para los documentos. Colocándole a una distancia equivalente a la pantalla y a su misma altura.
Ubicación: La pantalla ha de colocarse perpendicular a las ventanas. Nunca enfrente o de espaldas a ellas. En el primer caso, al levantar la vista, se pueden producir deslumbramientos. En el segundo, los reflejos de la luz natural sobre el cristal son inevitables.
Pausas y ejercicios: Descansos de cinco minutos cada hora. Durante estas breves pausas hay que recrear la vista mirando escenas lejanas.
Ejercicios oculares: Se puede simplemente cerrar los ojos con la ayuda de las palmas de las manos, pero sin presionar. Otro muy efectivo es, sentarse correctamente y mirar al frente. Después, sin mover la cabeza, desviar la mirada todo lo posible hacia la izquierda y luego a la derecha.
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